STORIES OF MEN AND BLOOD

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sábado, 15 de septiembre de 2012

LA TORRE DEL SILENCIO:EPÍLOGO





LA TORRE DEL SILENCIO


                                                                                        

                                                                                             A Martha Elisa,con sincera
                                                                                                          admiración y respeto 

                                                                                                          K.G.(Nina)   
                                                                                                                                                                                         

Epílogo:
(Música :Concierto núm.2 para violín,de Max Bruch:Primer movimiento)
             

(Lugar:Cabo Polonio,costa del Uruguay,un año y medio más tarde)

Miro en el alba mis manos;
miro ,en mis manos, las venas:
con extrañeza las miro,
como si fueran ajenas”.
(J.L.Borges:Milonga para Don Manuel Flores)



-Qué tenemos por aquí?...Ah,ya veo,ya veo!!!Otra  caracola!!!!
-Síiiiiiiiiiii!!Síii,tío Spencer!!!
Los ojitos de Jack brillaban como pequeñas ascuas robadas al mar en tanto Reid “extraía” hábilmente  caracolillos de sus cabellos y orejas.
Las risas eran como campanas con un coro de espuma,sirenas lejanas y alegres gritos de pescadores.
-Ahora,vámonos ya a preparar los libros y cuadernos,que mañana temprano te marchas a la escuela.
Apoyado en el marco de la puerta que daba a la pequeña escalinata que los separaba de la playa,Aarón miraba el mar.Había sido un año brutal;con el tiempo transcurriendo  a una velocidad vertiginosa,devorando horas y minutos,evaporando los días:el arribo a Buenos Aires,para instalarse en el departamento que Spencer había heredado;el contacto con unos parientes lejanos que lo pusieron en comunicación con la escuela hebrea para matricular en ella a Jack; las idas y venidas para arreglar los pormenores de su futura manutención;el deambular buscando un sitio adecuado que les permitiera realmente alejarse del mundo.Primero fue el viaje a Ushuaia,buscando la lejanía de la Tierra del Fuego.Después,el retorno a Buenos  Aires,ciudad que le había parecido maravillosa pero llena de peligros insospechados.No olvidaba que aquel a cuya sombra habían vivido y padecido durante tanto tiempo era asiduo visitante  de la capital del Sur:no  en vano había escrito nada menos que tres libros sobre los aspectos criminológicos en los cuentos de Borges,y un muy celebrado estudio sobre los asesinos seriales de aquel país para ellos tan lejano y extraño.Una ciudad que parecía París en medio de una fantasía,con toques de  bruma expresionista,pinceladas dickensianas, y  un presumido aire de desenfado  meridional.
A Spencer le encantaba,pero también se sentía agobiado.
Una agencia turística les proporcionó una guía de la costa uruguaya,en la que figuraba un sitio sin luz eléctrica,ni gas,ni señal de celulares,ni internet,ni  automóviles,ni bocinas..Un pueblo de pescadores con escaso turismo ,silencioso y reservado:la Punta del Diablo en el Cabo Polonio.
.Tras  alquilar el apartamento  del barrio de Palermo a una pareja de simpáticos alemanes,y gestionar la transferencia de Jack a un internado bilingüe en Montevideo,partieron hacia el pequeño país vecino,sintiendo que,por fin,habían encontrado su lugar en el mundo.
Adquierieron(las rentas de las propiedades que Spencer recibiera en herencia les permitían vivir más que holgadamente,favorecidos por el cambio del dólar)una  casa junto a la playa,no muy grande,pero  confortable,y un vehículo todo terreno,una Land Rover ,para trasladarse fácilmente desde el pueblo hasta la capital,a fin de recoger a Jack en el verano,y devolverlo al internado para el período lectivo.
En aquel jirón del mundo robado a la nada habían creado,empero,ciertos lazos de sociabilidad.
El personaje principal del pueblo era un viejo pescador,un inglés,ex ballenero y actualmente único habitante del faro,al que llamaban Don Welsey.Aarón se había convertido,por su parte en “Don Aarón”,y no hacía asco a las interminables rondas de mate y ginebra,y a las no menos interminables partidas de truco.
Don Welsey se había acercado a ellos,. cuando escuchó,tras mucho tiempo,el idioma nativo,”aunque dolorosamente tergiversado”.Inmediatamente infirió que la extraña pareja no era de compatriotas,”ni siquiera de irlandeses”,sino de americanos.Con Spencer se entendió casi de inmediato,después de que el joven le recitara  los versos de la Rime of  the Ancient Mariner.:
” Water, water, every where,
And all the boards did shrink;
Water, water, every where,
Nor any drop to drink..”
("Agua, agua por todas partes,
Y todas las tablas hizo encoger;
Agua, agua por todas partes,
Ni una gota para beber .. ")

En fin:que  la inveterada desconfianza de los ingleses por sus otrora hijos espurios fue vencida ,una vez más ,por la pluma de un poeta.
Y por la voz meliflua,todavía casi infantil,de Spencer William Reid.:una voz que lamía dulcemente(pero también cruelmente)las palabras,como si fueran hechas de  la misma espuma que rezumaba el mar.
Reid   frisaba ya casi  los treinta  y tres años,y nunca  había estado más hermoso.Sus  cabellos color de almendra caían   sin ningún tipo de reservas hasta más abajo de los hombros.Había engordado un poco,de modo que sus formas adquirieron la redondez plena de la belleza en su justo punto de sazón,como un fruto  maduro. Aarón,por su parte,escondía las prematuras marcas de sus  casi cincuenta   años detrás de la barba  que lucía en su rostro afilado y hierático como un toque de incuria,o acaso de severidad patriarcal,en tanto sus cabellos  le caían hasta casi los hombros,y revelaban claramente los hilos del tiempo en las sienes(un detalle que Spencer adoraba).
El inglés solía venir por las noches a tocar la guitarra,a discutir sobre las cosas del mar,a oir viejas baladas recitadas por Spencer,y se conmovía visiblemente con los versos de Ossian-McPherson, de Coleridge  y de Keats,de Byron y de Edgar Allan Poë.
La prodigiosa memoria de Spencer los conservaba íntegros,entretanto
 Aarón miraba a su amante con una devoción callada,y se metía en los vapores de la ginebra y el tabaco negro,como queriendo aferrar un sueño en el que él,Aarón,era el espectador permanente de una estrella que,sin embargo,podía acariciar con su mano..aunque la supiera irremediablemente lejana.

El verano llegaba a su fin,y con él,las vacaciones de Jack.
El niño se había adaptado perfectamente(como todos los niños!),cuando se vio rodeado de nuevos amigos en la escuela,y también en el pueblo.Jugaba al fútbol con los hijos de los pescadores,hablaba español rioplatense como cualquier  “botija”(nombre que los uruguayos dan a las  criaturas),y Aarón juraba que nunca lo había visto crecer más feliz ni más libre.
Para esa noche Spencer les había prometido una fiesta para  despedir las vacaciones  de verano,en torno de la  hoguera,.en la playa,con números de magia,disfraces  y baile.
Aarón fumaba mirando el mar,preguntándose  ,una vez más ,qué clase de sorpresa podría contener  la caja que Spencer había recogido en el puerto de Montevideo la semana anterior.
Sonrió,y supuso que Reid haría volar palomas sobre las cabezas de los niños,iguales a las que había desatado en su alma aquella lejana noche en el septentrión,cuando se rindió a él.A él,que ,desde que lo había visto ,lo adoraba en silencio.
Y nada había cambiado,sin embargo.Aarón continuaba adorándolo en silencio.
Por las noches(salvo cuando estaba Jack,quien dormía con su padre),al acostarse a su lado,Spencer  volvía la cabeza al ventanal que miraba al mar,y Aarón lo abrazaba  enlazando su cintura por detrás,en un delicado abrazo,que quería ser de posesión,y era de devoción  casi religiosa.
Podía parecer una broma,pero nunca más habían tenido sexo.
La relación estaba ahora hecha de miradas,de caricias suaves y esporádicas,de palabras no dichas,de inmensos( e intensos) silencios.
Una vez,estando en el lecho y ya casi dormidos ambos,Spencer le dijo:
-Aarón...qué harás cuando yo muera?
-Ni lo menciones.mi vida...
-Bueno,no.Pero..qué harás?Tengo curiosidad por saberlo.
-Muero contigo.
-Tienes un hijo.
-Supongo que cuando esto suceda ya será un adulto,y tendrá su vida hecha,y maldita sea si querrá oir hablar de mí....
-Por qué te desprecias tanto,Aarón?
Era una pregunta totalmente fuera de contexto,ya que pertenecía a un tiempo que ambos querían desesperadamente olvidar.
Aunque no del todo. Aarón estaba redactando sus memorias,y Spencer escribía en una libreta de tapas negras algo que evidentemente no quería que fuese leído por nadie,ni tan  siquiera por él.
-Sabes,Aarón,.tú,,que has servido en Pakistán y Asia Central,lo que es una djaméh?
-Una torre del silencio-dijo Aarón,y sintió  que un escalofrío estaba recorriendo su espina dorsal.-Un sitio para dejar a los muertos.
-Exacto.Para que las aves de rapiña hagan el trabajo que no se puede confiar a la pureza del agua,de la tierra o del fuego.
-Eso quieres,cuando mueras?
-No,Aarón:yo quiero ser arrojado al  mar.Aludía a esto simplemente porque será el título de mi libro.
-Cómo así?
-Es lo que hemos vivido en la BAU,exactamente lo que hemos vivido y la manera cómo lo vivimos.Dejábamos que los despojos quedaran para las aves de rapiña.Procurábamos no contaminar nada con ellos,dejando que los buitres hicieran  su trabajo arrancando  los ojos,la lengua,devorando y triturando con sus picos...y esperábamos a que los huesos se blanquearan en el osario,para después  retirarlos y elaborar un archivo del correspondiente caso.
Hizo una pausa,y luego se volvió,mirando fijamente a los oscuros ojos de su amante:
-Sabes,Aarón,.que yo disfruté matándolo?Sabes que celebré su muerte,c omo una  mutua liberación?...-se mordió el labio inferior-Y...sin embargo..sin embargo...-suspiró-Yo había matado antes.Incluso me acuerdo de  que te salvé la vida al matar a un hombre por primera vez,después de recibir aquella formidable paliza que me propinaste,fingiendo tu odio y tu fastido al verte en compañía de “semejante inútil que sólo sirve para gimotear y mamar biberones”,como recuerdo que me llamaste.....Por supuesto que te amé desde aquel día,amé tus insultos fingidos,y hasta temí(pero también deseé) que fueran ciertos.Pero aquello  ....Aquello era...trabajo.Deber.Esto fue diferente.Esto fue personal.Sabes lo último que...él...me dijo antes de morirse como un perro,desangrado?(porque se desangró en seguida,en tanto ustedes llegaban:no le pegué en el pecho,sino en el vientre...adrede).Me dijo”Te adoro y te llevo conmigo,pues
el carácter de un hombre es su destino”...-suspiró de nuevo-Y se murió como lo que era,como un perro.Como un pobre perro viejo y enfermo,demasiado cobarde aun para estar rabioso.
Sin hacer caso de la tristeza que había sembrado en el rostro de Aarón,ni de su propia tristeza,Spencer continuó:
-Hice todo tal cual  lo había prometido,sin embargo.Le cerré los ojos,lo besé antes de que lo metieran en el crematorio,y esparcí sus cenizas en la Grand Bé.Pero fue entonces-alzó su largo y ahusado dedo índice-,sí,fue entonces,cuando la ceniza comenzó a volar en el viento de aquel otoño tan triste,tan trágico,que lo comprendí todo.Escuché sollozar a Rossi,sentí su inmenso dolor,cuando suponía que debía de estar saboreando una especie de triunfo.Y allí mismo,cara al mar,entendí cuánto nos había manipulado,de qué espantosa forma nos hacía pensar y d ecir lo que él quería .Éramos sus autómatas,sus muñecos,sus peleles,Aarón;él nos programaba para que fuéramos aptos ,y capaces de revolcarnos en el excremento,en la hez,en lo más hediondo de la psique...del alma  humana.Si bien no cometía los delitos,pienso que los deseaba,puesto que cada uno de ellos era ocasión para lucir su “capacidad infinita de conocimiento fenomenológico como investigador del mal”.
Reid tomó algo de la mesilla de noche.Una libreta de tapas negras.
-Mi libro está basado íntegramente en sus memorias.Probablemente sea el libro más horrendo jamás escrito,.pero no me importa,te lo juro,Aarón:no me importa.El mundo debe saber quiénes somos,a quiénes confía su seguridad y tranquilidad,de quiénes les viene el supuesto “conocimiento de la verdad”.Esta libreta contiene los más terribles detalles de lo que supongo será una sincera autobiografía(quiero creerlo).Si hablaste con Rossi aquella noche sabes a lo que me refiero.
Aaron iba a decir algo,pero Spencer lo detuvo:
-Espera,Aarón,déjame terminar.Derek,las muchachas,tú...incluso yo mismo,no nos merecíamos esto.Creíamos en lo que hacíamos,confiábamos en que teníamos libertad para pensar,razonar,decidir.Y no era así!Rossi era el único que lo sabía,y no nos lo dijo.Pero no nos lo dijo porque no podía.”Él” lo dominaba a través del tiempo,la distancia y todas las diferencias posibles.Rossi,a su manera,lo amaba.Y lo amaba desesperadamente.Por supuesto que...”él”  debió  querer deglutirlo,por lo que Rossi se alejó.´”Él” era de los que se tragaban a quienes estaban a su lado,sin importarle nada.Ésa era su manera de ...amar?.Tal vez creía que eso y no otra cosa era el amor.



A Aaron se le heló la sangre en las venas.Tal razonamiento no era en absoluto propio de Spencer.Si bien Reid era una suerte de voyeur morboso ,incisivo y voraz,no dejaba de ser empático,y de demostrar hasta cierta dulzura aun cuando trataba acerca de los  detalles más repugnantes.
-Deja ya  de torturarte con eso,y no me hables  más así,por favor,Spencer,que me aterras...y....
Spencer súbitamente lo había abrazado,besándolo con ternura,y el beso disipó todo atisbo  de sombra.Era un beso salado de mar con un regusto dulce a caramelo y café.

Y nunca más se habló del tema,pero Reid seguía escribiendo en la misteriosa libreta de tapas negras.
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Las llamas de la hoguera  cortaban el azul profundo del cielo,saludando a la noche,tras un atardecer de púrpura y oro.
Los gritos y cantos alegraban la playa,y...sí,ciertamente,habían volado palomas,batiendo las alas sobre las cabecitas asombradas de los “botijas”,que apenas conocían otra cosa que el mar,los botes y las redes de pesca,la arena y la escuelita del pueblo,con su pizarra monótona y la acaso triste voz del viejo maestro.
Todos los niños llevaban un disfraz:piratas,payasos,hadas,duendes,animalitos...
Spencer se cambió de ropa muchas veces,siempre con su enorme galera multicolor,y cuando un conejo salió de ella y escapó corriendo,todos los niños corrieron detrás.
Jack lo atrapó,y volvió sudoroso,feliz,gritando:
-Mira,papá!Mi nuvea mascota!
-No vas a poder tenerla contigo en el internado,Jack,me parece-dijo Aarón
-No,pero ustedes la cuidarán por mí para cuando yo regrese en   las vacaciones de invierno..
Spencer había desaparecido una vez más,para vestir el último disfraz de la noche.
El viejo  Welsey,que había reído como un niño más,se acercó a Aarón y le puso una mano en el hombro.
-Es una lástima  que el Holandés se pierda la fiesta.Yo me considero un  ermitaño,pero ese tipo me ganó...lejos.
-Holandés?Qué holandés?-preguntó Aarón,sin mucho interés,pero algo picado.
-El que vive en la casucha miserable que está al final del poblado.Un tipo raro.Harán   unos tres meses  que vino por aquí,creo que desde Buenos Aires,y,aunque no es holandés de nacimiento,todos lo llaman así,porque así quiere ser llamado.
Aarón no preguntó más nada,y fue entonces cuando Spencer hizo su aparición.
Los niños corearon un interminable”Oooooh!”,en tanto que Aarón se volvía para quedar súbitamente paralizado,pues no podía creer lo que estaba viendo.
Aquella imagen que se recortaba a contraluz de la inmensa hoguera,bajo el cielo oscuro saturado de estrellas y una luna casi feroz...No...no era posible...Entonces...eso era lo que contenía la famosa caja?
Altas botas estilo siglo XVI;pantalones ajustadísimos,de seda negra;un jubón  de cuero  del mismo color,camisa de un hermoso color verde oscuro,con amplias mangas,un cinturón con  hebilla de plata,un sombrero español con  airón de plumas,y la espada en la mano.
Spencer se había oscurecido el cabello(quizás con cenizas?),y lucía bigote y perilla postizos,como un caballero de los tercios de España..
Visto a contraluz,aunque era muchísimo más alto e infinitamente más bello,y los ojos,sobre todo eran podersonamente distintos....Dios!Visto a contraluz,era como un remedo de.....

Aarón no quiso interrumpir la fiesta.Hubiera necesitado imperiosamente  gritar,pero se contuvo.Welsey advirtió su terrible turbación(cualquiera la hubiera advertido;sólo que nadie estaba mirándolo),y se le acercó,porrón de ginebra en mano:
-Le pasa algo,don Aarón?
-No,nada,nada..Por favor...déjeme usted solo...
(“Y allí mismo,cara al mar,entendí  cuánto nos había manipulado.”..)
(“Éramos sus autómatas,sus muñecos,sus peleles....”)
Aarón se apartó del grupo que rodeaba a los niños,caminó hacia el faro,y se sentó en una roca,con los ojos perdidos en las  aguas oscuras del Atlántico ,fumando , y con el porrón de ginebra siempre junto a él.
Esperando.
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Al terminar la fiesta,Jack buscó a su padre,y,al no encontrarlo entre la gente,se fue a dormir a la casa de su amiguito Diego,el hijo del dueño de la pequeña tienda del pueblo.
Tenían muchas cosas de qué hablar,y ,además,estaba “Maravillas”,el conejo!
Daba por seguro  que su papá lo recogería al día siguiente,Además,el bueno del tío Spencer(disfrazado ahora como un espadachín de novela)le había dado permiso.
-Tal vez papá se haya sentido mal,porque se ha acordado de mamá,de aquel hombre malo que lo lastimó......o  “de antes”...
Spencer preguntó a Welsey por Aarón.,bastante preocupado,y éste le dijo que se había ido hasta el faro por un tiempo,pero que después enfiló  para la otra punta del pueblo.completamente borracho.
-Aarón...nos has preocupado a todos.A tu hijo,a mí,a Mr.Welsey.....a todos en el poblado..Qué te ha sucedido?
Aarón alzó sus ojos de luto ,y lo miró con un odio más devorador que las aguas de aquel mar  ennegrecido por la noche.
-Vete,maldito-dijo,mordiendo las palabras,y,en las palabras,cada una de las letras-Vete,desaparece de mi vista y de mi vida.No me manipularás como a los otros!

-Tarde-dijo una voz a sus espaldas,en inglés-Demasiado tarde, mi estimado doctor Hotchner.

Aarón se volvió.Frente a él estaba el que llamaban el Holandés, y que no era sino otro fantasma:alto,flaco,enjuto,con una canosa barba hirsuta,que escondía apenas
 un rostro que le era horriblemente familiar.Monstruosamente familiar.
-Van....Houten?....
-El mismo que viste,calza y empuña  el arma que ha de matarlo,mi querido doctor.
La neblina gris del alcohol cedió  paso a la consciencia de una única certeza:la de saber que iba a morir en aquel sitio recóndito,asesinado por un espectro,manipulado por sus propias pesadillas.
Reid se adelantó,sin miedo:
-Estamos desarmados-dijo-Sería desigual,y usted siempre ha presumido de ser hombre de honor.
Van Houten les apuntaba(cúando no!),con una Eibar 38 especial,similar a a las dos que les eran ya tristemente  conocidas,,..(“pero..no es que había solamente dos iguales?”)
Inexplicable.Pero  letal , como cualquier otra cosa.
-Ahora saben la verdad-Frank sonrió-Yo fui quien envió esas cartas.Yo fui quien fingió los crímenes,detalle tras detalle,y los consignó para que David Rossi los recibiera..A esta altura de la vida,es mucho más fácil simular que cometer.Tuve dos poderosos aliados:el deseo de venganza dictado por su amor-odio-amor y por su orgullo  herido y burlado,y su sangre de meridional.Sabía que,a pesar de ser quien  era.,y de su famosa racionalidad a ultranza,David Rossi actuaría,esta vez,impulsivamente.
Hizo una larga pausa que se resumió en un no menos largo suspiro de odio y de cansancio.Y prosiguió:
-Cuando-al hablar masticaba  las letras,las sílabas,una a una,,relamiéndose luego -“me desintegraron los huesos,presumiblemente en un barril de ácido”,como reza su ridículo informe,él...la bestia ...y yo...hicimos un pacto.Un pacto secreto.Me facilitaría la huida del país si yo no los molestaba nunca más.En realidad,yo iba por otra cosa.Yo lo quería a él,él era mi trofeo!!!!!-gritó-Muchos años antes(treinta años antes!),ese bastardo me abandonó para marcharse con el italiano, y luego me traicionó olímpicamente,uniéndose a quienes estaban destinados a darme caza.Entonces juré que llevaría a cabo la más refinada de las venganzas.
Hizo una breve pausa,y apuntó a Reid con un dedo:
-Usted lo sabe bien,verdad,doctor Reid?.-rió,con una carcajada  más siniestra que la negrura voraz del mar –Usted lo ha conocido,como yo, ...´bíblicamente....quiero decir... carnalmente...en el sentido bíblico...cierto?
No le bastaba con mantener la tensión de la espera en la que se muere no una,sino diez,cien,mil veces,sino que deseaba incrementar la tortura aún más,usando aquel tono confidencial ,acaso íntimo,a fin de prolongar la agonía ,tal vez  indefinidamente.
-No hace falta que medite usted la respuesta,doctor Reid:sé que puede resultar incómodo-miró de soslayo a Aarón-Pero..no se ha dado cuenta usted,un genio como usted!,que todo lo que él tocaba estaba destinado a perecer ,irremisiblemente,de una manera atroz y trágica?Él acarreaba la desgracia a todos los lugares adonde iba;él traicionó mi lealtad,porque él nació condenado.
-Eso es fatalismo-apuntó Reid,en el tono más sereno del mundo-Él me lo dijo,es cierto,.Su frase fue,exactamente,la siguiente:”Yo nací corrupto”.Y yo me asombré.Pero ahora veo que decía la verdad,y que  usted  tiene razón,Frank.No lo dudo.
Aarón ,a pesar de lo espantoso de la situación ,sintió que todo su ser se llenaba de júbilo:Spencer volvía a ser el mismo de siempre,intentaba establecer una corriente empática con el monstruo,arguía juntamente con él,simulaba dejarse seducir por sus palabras.
-Lo que no comprendo en absoluto-continuó Spencer-es por qué  Aarón,si el involucrado en esta historia he sido yo,y solamente yo.
-La cabeza siempre es responsable  por  lo que cada miembro lleva a cabo.-Frank Van Houten dio un respingo-Quién lo mató?Usted,doctor Reid?
Spencer asintió;hesitó un momento, y luego dijo,suavemente:
-Fue suicidio asistido.Yo...
La estentórea carcajada lo interrumpió.Era una risotada animalesca,en la que  se adivinaba una alegría salvaje.
-Suicidio asistido!Ahora le llaman así! –escupió al suelo-Lo felicito,mi querido doctor.Lo felicito.Libró usted al mundo de una de sus escorias más viles.Y qué pasó con el italiano?-rió de nuevo-Suicidio no asistido?-rió más fuerte.
-Murió de la rotura de un aneurisma-terció Aarón.acercándose  lentamente.
-Sufrió?.
-Probablemente no lo sintió.Estaba durmiendo...
-No,no...Él...el monstruo....sufrió?
-Como las fieras heridas y acorraladas -dijo Reid,y sus palabras  sonaron insólitamente crueles-Peor que un animal.Tomó una mezcla de venenos,y,como el efecto no fue tan inmediato como esperaba...
-Usted lo ayudó.-le interrumpió  Van Houten,feliz-Bien.Muy bien.Pero yo lo hubiera dejado sufrir un poco más.
-No crea usted que no  estuve tentado-dijo Reid,sonriendo.
-Yo lo hubiera dejado morir de cirrosis,reventándose como un globo-terció Aarón..
Van Houten no podía dejar de sonreir.
-Vaya vaya!!Veo que finalmente supieron ustedes lo que ese mal nacido  les estaba haciendo...Cayeron a cuenta de la manera como los estaba manipulando.-suspiró-Bien.De todos modos,no puedo dejar que vivan.Lo lamento muchísimo,de veras,,pero nada de lo que él tocó,usó,amó,modeló,dirigió,inspiró,etc,etc...debe quedar en pie.

Tomó distancia,apenas unos pasos atrás,y apuntó decididamente al centro y arriba.
-Un solo disparo,doctor Reid.No dolerá mucho...
Distraído por  su diálogo con Spencer,Van Houten no pudo ver que Aarón,obedeciendo quizás a un instinto inveterado ,se dejaba  lentamente caer  al suelo,reptando sobre la arena hasta alcanzarle los pies.
Se oyó el disparo,que fue a dar al aire,porque Aarón,aferrando a Van Houten por los tobillos,lo derribó ,y,quizás recordando lo que no quería recordar,la emprendió a brutales golpes de puño que hicieron brotar un surtidor escarlata , tiñendo  aquellas arenas vírgenes de violencia y de crimen,sin duda,por primera vez.
-Malditos!!!-gritó Van Houten,enloqueciendo-Malditos!

Súbitamente,Reid,que trataba de separarlos,en tanto apuntaba a Van Houten con el arma,aunque con mano trémula,oyó pasos y voces detrás suyo.
Era Welsey,con algunos hombres del pueblo,entre los q ue se encontraba el comisario Ríos,un hombre fornido y moreno,de espeso bigote y vozarrón de trueno.

-Alto,alto!!!-gritó el policía,apuntando con su arma.
Welsey se acercó.Portaba una antorcha,y su vieja Mauser,”tan vieja y tan letal como lo que ocurrió en Verdún”,según su expresión cotidiana.
Entre varios lograron,por fin,separar a los dos hombres.

Aarón murmuraba imprecaciones,sollozaba ahogadamente,y el nombre de Foyet se escapó de sus labios en un aullido casi imperceptible, que pasó inadvertido para todos,aunque  no para Reid.
Van Houten,cuyo estado era lamentable,fue fácilmente dominado.Lo arrastraron hasta la solitaria comisaría,que nunca recibía más presos que algún turista ocasionalmente convertido en ladrón,y que,por primera vez,sería  objeto de  especial atención por parte de todos los medios de Montevideo , Buenos Aires...y aun de más lejos.

-Ya se terminó,Aarón,se terminó-dijo Reid,abrazándolo,acariciándolo,.estrechándolo contra su pecho,llorando él mismo, y sin cuidarse de las curiosas miradas de los lugareños.
-Tú...lo sabías?-preguntó Aarón.
-Sí,lo supe apenas pude verlo una vez,mientras paseaba por los lìmites del pueblo.No olvides que llevo conmigo la maldición ..o la bendición...de poseer una hipermemoria eidética absoluta.Entonces pensé que estas ropas que maldita la gracia que me hace estar vistiendo ahora,lo harían salir de su escondrijo,y atacarnos de una buena vez.Necesitaba que hubiese testigos,para que,por fin,este monstruo fuera a dar con sus huesos a la cárcel.Y,si resultaba muerto,para que todos supieran que había sido en defensa propia.Entonces lo hablé con Welsey,quien siempre estuvo en acecho,a metros de nosotros.apuntándole todo el tiempo.
El inglés se acercó.Tenía una expresión más grave que de costumbre.
-Le hubiera volado la cabeza en el acto.dijo-Una cabeza más de tantas como volé en mi vida.
Aarón había advertido hacía ya largo tiempo que Welsey no era quien decía ser,pero jamás preguntó nada.Ni tenía la intención de hacerlo ,ni ahora,ni nunca.
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Esa misma noche,antes del amanecer,Spencer Reid  encendió una hoguera y arrojó en ella las ropas,la libreta de tapas negras,un dossier que consistía  mayormente en catálogos de ornitología, resultados de la observación de pájaros,tres tomos de versos,varias fotografías,y una voluminosa carpeta que contenía la relación detallada de todos los casos que había proseguido durante sus años en la BAU ,a la sombra de la bestia.
Y,mientras el fuego consumía  papel ,cartón y tela,lanzando chispas en las que Spencer leyó los restos del odio,la miseria y el vicio  que un maldito día le inyectaran en su corazón,envueltos en fantásticas mentiras,se maldijo a  una vez más por haber cedido a las necesidades de la carne ,aquel día, en Combourg,y finalmente se juró a sí mismo lavar su conciencia de la manera que fuere,para limpiar todo rastro de tanto dolor y tanto crimen.
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CODA:
(Adagio flebile,segundo movimiento del Concierto núm. 4 de Paganini)

“Son un claro país.,y de algún modo está mi tierra en su ámbito..”
(Jorge Luis Borges,La promisión en alta mar)

Han transcurrido ,más o menos, unos veinte años.
Jack es  ya un hombre,y vive en Buenos Aires,habiéndose graduado como ingeniero civil con todos los honores.Y no vive solo:tiene  a su lado a un joven médico.un chico por lo demás agradable y simpático,con el que  suele visitarlos cuando sus obligaciones se lo permiten.
Aarón lleva muy  bien sus casi setenta años,salvo por la diabetes,que lo ha dejado sin luz alguna en los ojos.
Spencer ,fiel a su promesa ,se ha convertido en su lazarillo.
Todas las noches hay largos paseos por la playa,hablando de las  cosas del día,de Jack y su novio,de los que están y de los que se fueron,del mar,de la nostalgia.
Esta noche,sin embargo,es especial.
Hay una hoguera,y el calor de esas llamas que Aarón ya no puede ver entibia su rostro y sus manos,en tanto Spencer acaricia sus cabellos,ya totalmente blancos,y se abre gentilmnte a la confidencia.
-Mi vida-dice Hotchner-,te has sacrificado por mí.
-Ha sido y es un placer,Aarón.Es lo que quiero:Yo lo he elegido.
-Puedo preguntarte si aún me amas?Y..si me has amado siempre,desde el comienzo?
Spencer sonríe ,aunque sabe ,desde luego,que Aarón no puede verlo.
-Desde antes.
-Antes?...-Aaron  se ríe,como un niño-Desde aquella paliza?
-Antes.
Entonces Spencer lo abraza tiernamente,apoyando la cabeza de Aaron sobre su pecho.
-No existe el tiempo,Aarón.Sólo estamos tú y yo.Desde el principio,y para siempre.
Spencer estrecha el abrazo;un pájaro nocturno roza el agua del mar con su vuelo,subrepticiamente,y la marea lame con su lengua de espuma la arena .

Y es entonces,justamente entonces, cuando la noche del ciego se puebla súbitamente de estrellas.

(FIN DE “LA TORRE DEL SILENCIO”)

(gracias por leer y comentar....)


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