LA TORRE DEL SILENCIO
CAPÍTULO III:
Spencer se detuvo a escuchar. El tempo era quizás demasiado lento
comparado con el habitual en las interpretaciones de la famosa
pieza,pero lo encontró fascinante. Sumamente apasionado.
Permaneció de pie,en la puerta del estudio de
Gideon,viéndolo moverse sobre el
teclado,vestido con un fumoir de terciopelo color guinda;el cabello castaño
oscuro,casi negro,lacio,y quizá algo entrecano,fuertemente peinado hacia
atrás.,cubriendo sin embargo apenas la incipiente calva de la coronilla.
Un cigarrillo se consumía en el cenicero que estaba sobre
una mesita cercana.Una taza de plata,con base de porcelana(ubicada junto al
cenicero) dejaba enfriar el café.
Carraspeó,aunque sabía muy bien que Gideon quizás no podía
oírle.
Hubo un silencio que siguió al último acorde.
No hizo,sin embargo,ningún comentario.Estaba todavía boquiabierto.
.
Luego Gideon se volvió,y lo saludó despreocupadamente:
-Buenos días,Reid. Has descansado bien?
-Sí..eh...no....
Sabía que no podía engañarlo.Nadie podía engañar a Gideon.
Bueno,quizas él mismo sí podía,,,,si se lo permitía a sí mismo,algunas veces...
-Estuviste en París..cuántos días?-le preguntó,tomando su
cigarrillo,un Gauloise cuyo acre aroma hería el sensible olfato de Spencer,
causándole una mezcla de placer y
desagrado.
-Horas,nada más.Sólo tuve tiempo para visitar Notre
Dame,algo del Louvre(muy poco,casi
nada).El Musée de l’Homme estaba cerrado,y...
y...
-Y aprovechaste para darte una vueltecita por la facultad de
Medicina,citar a un estudiante llamado Duperré para media hora más tarde en la
calle de la Contraescarpa,y proveerte de una ración de
quitapesares....correcto?
Reid sonrió,a pesar de verse descubierto.
(“Cómo diablos podía saberlo?...”)
-No te preocupes.Sé que no
has olvidado a quién tienes delante de ti ,Reid..
-No,desde luego que no,señor profesor.
Le indicó una silla junto a él,y agitó suavemente una
campanilla de plata.
-Más café?-preguntó
-Sí,gracias,por favor.
Madame Dutertre trajo el café.
Gideon se inclinó ligeramente hacia Reid,en actitud de
confidencia.
-Ahora voy a develarte la incógnita mayor ,amigo mío. Voy a
decirte por qué te he hecho venir aquí. Para ello,debo remontarme a la
carta(que creo todavía conservarás)que dejé abandonada para ti junto a mi Glock
reglamentaria,mi placa y algunas otras cosas más,en aquella cabaña perdida en
medio de los bosques de Virginia. Recordarás que te dije que
solamente tú podrías comprender.Tú,que eras mi hechura,que llevabas ya la marca
del genio cuando te encontré.Tú,que respirabas el aire de mis pulmones,que
parecías una extensión de mis venas...Tuve un hijo que nunca jamás quiso
reconocerme,un hijo de cuya filiación siempre dudé.Tenía motivos para
ello...y,desde entonces,nunca más confié en los lazos de la sangre.Construí mis
propios lazos.Tuve hijos prestados a los que arranqué de la muerte...y tuve mi
carne perpetuada en quien yo elegí,tal vez libremente,tal vez no...para
continuar mi obra.
Este era Gideon,sin duda:megalómano,egocéntrico,dramático,
teatral...
-En verdad no me alejé
por lo que aquel asesino loco hizo a esa mujer a quien yo le había enviado
crisantemas..Es el caso que yo odio las crisantemas,y esa mujer no valía más
para mí que un puñado de cenizas.Siempre he tendido a ver a los otros (salvo a
los niños)como puñados de ceniza,reduciéndolos a sus últimas consecuencias.Pero
no a ti.No a ti-se puso de pie-A ti te veo como si me viera yo mismo,o como me
hubiera gustado verme a mí mismo....
Reid,sin advertirlo,empezó a temblar.
-Me estoy muriendo-dijo Gideon,fijando sus ojos negros en
los almendrados ojos de su joven amigo-Tengo cirrosis hepática
irreversible,resultado de mi p`ropio método para quitar las penas...Es cuestión
de meses....Y,como de mi hijo no quiero ni escuchar la inicial d e su nombre(no
es mi hijo,por otra parte,y tengo las `pruebas irrefutables ),y ya he resuelto
la situación de mis sobrinos,los dos hijos de mi pobre hermana,he decidido
nombrarte mi heredero universal .Esta casa,unas pequeñas propiedades que poseo
en Virginia y Filadelfia,mi departamento de Nueva –York,,,y otro que había
comprado en Buenos Aires.:todo será
tuyo.No es ni mucho ni poco ...y confío en que harás un buen uso de ello.
-Señor.,yo....
Reid estaba atónito,no podía salir del anonadamiento al
que las palabras de Gideon lo habían
arrastrado..
-No importa. Ya nada importa,salvo tú....Tú y lo que nunca
te atreviste a decirme.
Se levantó de su silla,se quitó el fumoir.Aparecieron las
heridas del pecho,las cicatrces de mil enfrentamientos ,en la camisa
abierta....Reid apartó la vista,en un gesto de pudor.
Gideon se acercó a un perchero vienés,escogió una chaqueta
similar a la que Reid estaba usando,una bufanda y una gorra con visera.
-Ya vámonos-dijo-A la torre del gato.
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(Roma,Hotel
Excelsior,a la misma hora)
Sonó el teléfono,pasado mediodía.
Rossi se revolvió en la cama de su cuarto de hotel.Era
Giulio.
-Lo que me has pedido está listo,caro mio.Ë fatto!Te lo
envío por fax ahora mismo?
-No.Ponlo en un sobre de papel oscuro,y me lo mandas
con un mensajero.
-Es que no quieres ver lo que dice?-Giulio estaba
sorprendido.
-No.Envíamelo tal y como te lo he
pedido-dijo,secamente,ycortó.
Encendió un cigarrillo,y enfiló hacia el baño,para tomar una
ducha caliente.
Tal vez el agua lavaría por fin el olor de la pasada
noche.....
Todos los recuerdos aciagos se asomaron a su memoria,cuando
vio su rostro cansado,ojeroso,pálido,en el espejo del cuarto de baño.
En un tiempo había sido ..había sido!...Ahora ,no era más
que un hombre viejo.
.
Escondió el rostro entre las manos.
Silenciosamente,sigilosamente,su mecanismo de defensa empezó
a funcionar,y,con el fluir del agua,David Rossi regresó del vacío.
Le quedaba la esperanza.
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(Chateau de
Combourg,Tour du Chat,a la misma hora).
-La torre tiene un cubículo en la cima-Reid y Gideon subían
por las escaleras de piedra, sintiendo que se les cortaba el aliento-En dicho
cubículo el poeta tenía sus diálogos infantiles con el fantasma de un gato.Te
gustan los gatos,Reid?
-Teniendo en cuenta el hecho de que son capaces de
transmitir más de ciento cincuenta enfermedadas a otras especies,incluida la
humana,y que la posibilidad de contraer dichas enfermedades es de ,más o
menos,40 sobre 100 en el caso de los gatos domésticos,y unos 70 sobre 100,en el
de los gatos callejeros o salvajes,urbanos o rurales....pues...sí.Me gustan los
gatos,desde luego.-respondió Spencer,con un respingo.
Gideon sonrió.
Cuando el ascenso,que parecía
interminable,concluyó,entraron a un
pequeño cubículo,en el que aún podían apreciarse las manchas y vetas de humedad
en las paredes.
A un lado,un lecho
diminuto, infantil,que había pertenecido al poeta.
Por el ventanuco entraba una luz difusa,amarillenta,triste.
-A ver,Reid-dijo Gideon,señalando las manchas en el
muro-Allí tienes la mancha con la figura del gato.Ahora,perfílame al poeta.
Reid se aclaró la garganta,observó la mancha
singular,que,nítida,se destacaba entre las vetas verduscas de la humedad
generalizada,y comenzó:
-Tuvo una infancia al parecer dorada,pero muy dura.Pasaba
horas en soledad,acompañado solamente por sus fantasmas.Los que él mismo se
había creado como defensa ante el abuso reiterado del que era objeto por parte
de su padre.Su madre era quizás demasiado permisiva,harto sensible,y vivía en
un universo fabricado ad hoc,con jirones de realidad en medio de una bruma
fantástica.René creció al amparo de la bruma.Los jirones de realidad,para
él,eran como cuchillos.
Gideon rió,fijando sus ojos en los de Spencer:
_Pero,dime...a quién estás perfilando,muchacho?A François
René,vizconde de Chateaubriand..o a ti mismo?
Reid bajó la vista.Los ojos negros,inquisidores, recorrieron
la figura esbelta,delicada,casi angélica...
-Ángeles en tu vida,Spencer?-
preguntó .
-Rafael-se apresuró a decir Reid,casi en un tono
balbuciente...
Temblaba.
Gideon se acercó al joven,y le acarició suavemente la
barbilla.
-Suficiente-dijo-Volvamos.
El descenso fue relativamente fácil,como todos los
descensos.
En mitad del camino,sin embargo,Reid se volvió porque creyó
oir un quejido.
El rostro de Gideon se retorcía de dolor.
-Maestro..se encuentra usted bien?
-Sí,sí,no es nada...no te... preocupes...
Un hilo de vómito rojo colgaba,sin embargo,de la comisura de
su boca.Reid extrajo su pañuelo,y se apresuró a limpiárselo.
Gideon,estoicamente,soportaba los horribles dolores que
destruían su estómago,su hígado,todas sus vísceras.La cirrosis estaba muy
avanzada.Era cierto:
nada podía hacerse ya.
Gideon inclinó la cabeza sobre el hombro de Spencer.
Sin embargo,no pidió ayuda,ni emitió una sola queja.
En medio de aquella angosta
escalera de piedra,ambos hombres quedaron estrechamente abrazados.Reid
apretó aún más el abrazo,sin dejar de temblar.
La respiración se le hizo penosa,llena de ansia....Hubo un
instante de hesitación mutua,casi como
un vacío,y,entonces....entonces...
Ambos alientos se confundieron en uno solo.
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ANDANTINO_:
(DEL OTRO LADO DEL
MUNDO)
(Alcoba de
Aarón Hotchner,en su vieja casa familiar.Seattle,WA)
La noche parecía
interminable.Los primeros fríos le habían obligado a cerrar la ventana.Miró al
hijo dormido,apartó la lámpara de su rostro,y se volvió a su alcoba.
No se había desvestido.Un ascua recorrió sus miembros...
El teléfono seguía mudo.
Era una convención que habían adoptado voluntariamente durante esas dos semanas de vacaciones;era
una necesidad para desahogar el espantoso stress acumulado...
Pero se sentía inquieto.No podía dormir,y apenas
alimentarse.No podía ni volverse al hijo de una manera franca,ni disfrutar de
sus juegos,ni gozar de la sencilla alegría familiar.
Se sentía un outsider,un rescoldo del averno,como si aquel
temido”Dibbuk” con el que el Zeide (abuelo) Yitzhak lo amenazaba cuando hacía
travesuras en su infancia se hubiera finalmente apoderado de él.
Era una tontería,pero se sentía un perdido.
(“Y si hubiera solamente diez justos?”...)
(“Sodomita!”)
Veía al abuelo Yitzhak,oberkantor en la sinagoga mayor de
Seattle,apuntándole con su largo y
huesudo índice.
Se veía a sí mismo,niño,tocándose a escondidas,gozando del
secreto y del silencio,maldiciendo aquel sucio jugo amarillento que manchaba su
inocencia....
El ruido del agua que llenaba la tina le prometía un baño
tibio.
Aarón fue hasta el escritorio,abrió una de las gavetas,y
extrajo el sobre con las fotografías.
Su memoria voló hasta el lóbrego camposanto en el que lo
halló sometido por Hänckel,su memoria se metió en la pesadilla más atroz..
Entró en el cuarto
de baño,y,silenciosamente,muy lentamente,se desnudó.
(CONTINUARÁ)
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