LA TORRE DEL SILENCIO
Capítulo II:
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LA TORRE DEL SILENCIO
CAPÍTULOII
ALLEGRO MA NON TROPPO
(Ville
d’Autrémont,Combourg, la mañana siguiente)
Paulatinamente,Spencer Reid volvió del pozo oscuro .El olor
ambiente se hizo acre,quizás rancio,y
se halló con el rostro sepultado en la almohada,la cama intacta,el cuerpo
aterido,pero sudando...
Se sentó en el lecho, e intentó reordenar los jirones de su
memoria.Miró hacia la ventana.
Había sol.
Un reloj antiquísimo indicaba que acababan de dar las nueve.
Tres discretos golpecitos en la puerta hicieron que se
pusiera de pie,como movido por un resorte invisible.
-Monsieur le jeune docteur?S’il vous plait?
Era la voz de la señora Dutertre.
-Allez,Madame,s’il vous plait!En avant!-dijo,procurando
sonar creíble en francés.
La anciana entró,con la bandeja del desayuno,.exquisitamente
dispuesto en un servicio de porcelana de Sajonia.
Café con leche,a la manera francesa,croissants(que tanto le
gustaban),pan campesino tostado,mantequilla batida,mermelada casera de
naranjas....Miró los alimentos con fruición.
Tenía hambre.
Sonrió,y agradeció a la señora,quien le hizo un guiño.
-Carta para usted,Monsieur le jeune docteur.
-Merci-respondió,tomando suavemente el papel de hilo,que
olía a gardenia.
La señora se retiró.
Era una nota de Gideon.,escrita en francés:.
“El profesor J.M. Gidéon
d’Autrémont invita al doctor Spencer William James Reid a participar de una excursión
a la Torre del castillo de Combourg(la Tour du Chat,)a las
once de la mañana del día de la fecha,.29 de setiembre de 2012..Se agradecerá
su puntualidad”.
Sonrió por la idea,que le pareció graciosa,pintoresca,y muy
propia de Gideon,por otra parte:conducirse como en el siglo diecinueve.
Entretanto,había creído oir unos acordes apagados,pero
vigorosos,que provenían de la planta baja.
Era,sin duda,el piano,ese mismo piano de gran cola cuya
sombra había visto al llegar.
Pero....quién era el ejecutante?
Terminó su café lo más rápido que pudo,se cambió de
ropa(chaqueta cazadora,pantalones
breeches ,botas y una gorra),y bajó al salón.
Se asomó tímadamente al estudio de Gideon.,que tenía un
ventanal que daba al jardín de invierno.
El pianista no era otro que el mismísimo Gideon.
Reconoció las notas del Estudio Trascendental número doce,en
si bemol menor,La Chasse Neige(La tormenta de nieve,.)de Liszt,magistralmente
interpretado por quien había sido durante tanto tiempo su jefe y mentor en un
universo completamente diferente.
Le pareció increíble.
Era un perfilador profesional,un genio,un monstruo de
memoria eidética absoluta,pero JAMÁS
había logrado conocer verdaderamente a
Jasón Gideon..
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